A Joselin, una niña con enanismo, se le gestionaron todas las valoraciones necesarias por parte de especialistas en pediatría, considerando que podría ser la niña más pequeña del mundo. Durante varios meses, se le proporcionó apoyo financiero para cubrir sus necesidades de alimentación y transporte. Además, se logró programar y realizar con éxito una operación de cataratas, lo que mejoró significativamente su visión y le brindó un futuro más esperanzador.